¿Sabías que, sin los microorganismos presentes en nuestro tracto digestivo, nos sería difícil resistir a los numerosos ataques a los que estamos sometidos (por ejemplo, por parte de bacterias patógenas)? Nuestra salud está efectivamente influenciada por la relación existente entre la microbiota y la inmunidad. Veamos…
La microbiota y la inmunidad: una cuestión de equilibrio
La microbiota, un ecosistema equilibrado que garantiza una buena inmunidad
Los innumerables microorganismos (bacterias, virus, hongos, etc.) con los que convivimos a diario no se encuentran todos en el mismo lugar, sino que se distribuyen en diferentes ecosistemas: la microbiota oral, la microbiota vaginal, la microbiota intestinal, etc. Cada microbiota tiene una composición y propiedades específicas. En este artículo nos centraremos en la microbiota intestinal. Esta última destaca sobre todo por el gran número y diversidad de microorganismos que la componen, así como por su papel esencial en nuestro sistema inmunitario.
En el intestino interactúan 3 componentes:
- Las células del sistema inmunitario: el 70 % de nuestras células inmunitarias se encuentran en el intestino[1];
- Las bacterias de la microbiota intestinal: solo nuestro tracto digestivo alberga 1014 microorganismos[2], es decir, entre 10 y 10.000 billones de bacterias por ml[3];
- El epitelio intestinal: barrera esencial para nuestro organismo que permite la absorción de nutrientes y agua al tiempo que impide la entrada de microorganismos patógenos. Su papel en la defensa de nuestro organismo se ve reforzado por la mucosidad que segrega.
Estos 3 elementos actúan de forma sinérgica para favorecer nuestra inmunidad. Pero esta sinergia se basa en un frágil equilibrio, que es importante cuidar a diario.
Desequilibrios y disbiosis intestinal
Un trastorno intestinal común es la disbiosis. Este desequilibrio de la flora intestinal suele ser provocado por ciertos alimentos, infecciones o antibióticos. Esto conduce a la proliferación de ciertas especies microbianas dañinas, en detrimento de las especies benéficas. En una situación de disbiosis, la microbiota puede producir sustancias que pueden provocar un desequilibrio en el sistema inmunitario. Pero también puede ocurrir lo contrario: un sistema inmunitario alterado puede causar una disbiosis.
La disbiosis puede ser puntual y solo debilitar temporalmente el sistema inmunitario. Pero también puede ser crónica, alargarse en el tiempo y alterar de forma duradera nuestras defensas inmunitarias. Cada vez hay más investigaciones acerca de la relación entre los cambios que se producen en la microbiota y la aparición de patologías como las enfermedades autoinmunes o inflamatorias.
Pero, concretamente, ¿qué relación hay entre la microbiota y la inmunidad?
Desde que nacemos existe una relación estrecha entre la microbiota y la inmunidad
Aunque los microorganismos colonizan al feto desde el útero, es únicamente al momento del nacimiento y en las interacciones con la madre cuando realmente se desarrolla la microbiota del recién nacido. El tipo de parto (cesárea o parto vaginal) y la dieta (lactancia materna, leche de fórmula, diversificación de la dieta) influyen en la composición de la microbiota intestinal. Es por esto que rápidamente se puede observar diferencias en la composición de la microbiota entre los bebés.
Así mismo, se ha determinado que la microbiota participa en el desarrollo y la maduración del sistema inmunitario desde el principio de la vida. Los lactobacilos y las bifidobacterias, por ejemplo, son «bacterias buenas» que recubren principalmente las paredes intestinales de los bebés y evitan la implantación de patógenos; tienen una función de “guía educativa”. Permiten que las células inmunitarias intestinales se desarrollen y se entrenen para diferenciar las bacterias «amigas» de los cuerpos extraños potencialmente peligrosos.
A lo largo de la vida, la microbiota tiene un doble papel para respaldar la inmunidad
Una de las principales funciones de nuestra microbiota intestinal es su función de barrera. La microbiota recubre las paredes del intestino y evita que entren en el organismo bacterias que podrían ser perjudiciales para nuestra salud. Además, algunas bacterias de la microbiota combaten a los invasores produciendo sustancias tóxicas para eliminarlos.
La microbiota y la inmunidad van de la mano: mantener una microbiota intestinal equilibrada es, por tanto, un factor clave para el buen funcionamiento del sistema inmunitario.
Además de una dieta saludable, los postbióticos serían una buena solución: se ha demostrado su efecto benéfico en la microbiota y en la estimulación de las defensas naturales. ¡Bueno saberlo!
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[1] Vighi C, et al. Allergy and the gastrointestinal system. Clin Exp Immunol 2008
[2] Sender R, Fuchs S, Milo R. Revised Estimates for the Number of Human and Bacteria Cells in the Body. PLoS Biol. 2016 Aug 19;14(8):e1002533.
[3] INSERM. Microbiote intestinal (flore intestinale) – Une piste sérieuse pour comprendre l’origine de nombreuses maladies. 2021